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México podría llegar a ser uno de los 10 principales fabricantes de herramentales a nivel mundial, pero para lograrlo hay mucho que hacer por lo menos en los próximos 15 a 20 años.
Las capacidades tecnológicas y humanas actuales permiten abastecer entre el 8 y 11% de la demanda nacional de herramentales, según las estimaciones de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT) y del Tecnológico de Monterrey.
El mercado nacional incluye 2,000 millones de dólares en importaciones de moldes de inyección de plástico; 600 millones de dólares en moldes de inyección de aluminio; 1,000 millones de dólares en troqueles; y si se suma la importación de dispositivos de sujeción, medición, dispositivos de sujeción para robots, el valor total de las importaciones asciende a 5,000 millones de dólares.
La industria de herramentales nacional sólo provee alrededor de 380 millones de dólares de ese total, de acuerdo con la AMMMT. Pero con las acciones pertinentes podría llegar a abarcar al menos 30% de lo que actualmente se importa.
“Hoy la capacidad real de nuestra industria, es una mera vocación (…) la capacidad tecnológica, yo diría que la hay, y tenemos que trabajar en ampliar aplicaciones, volúmenes, y niveles de complejidad. Tenemos una base bastante importante y con un potencial muy grande”, asegura Eduardo Medrano, presidente de la AMMMT.
Las capacidades de la industria de herramentales en México está en los moldes pequeños y medianos, unos pocos fabrican moldes de gran formato, y el 80% del valor está precisamente en moldes muy grandes, que en el país sólo fabrican empresas canadienses, portuguesas o japonesas.
Según el estudio “Mapa de ruta tecnológico: industria de moldes, troqueles y herramentales de México”, del Tecnológico de Monterrey, actualmente casi el 90% de los talleres mexicanos de herramentales se dedican a reparaciones y mantenimiento, pero hacen falta capacidades de diseño.
Se diseñan aditamentos, componentes de maquinaria, componentes generales y moldes de fundición, pero cuando se trata de herramentales más complejos, las capacidades de diseño son menores.
Carlos Mortera, director internacional para Latinoamérica de la Association for Manufacturing Technology (AMT), señala que hoy los talleres de herramentales no realizan pruebas no destructivas, porque en su mayoría no cuentan con capacidad para hacer, por ejemplo, simulación de moldes tanto de aluminio como de plástico.
Tampoco utilizan inteligencia artificial y simulación a través de gemelos digitales, para simular la operación del molde con sus venas, cavidades, interiorismos, etcétera y que les permitiría abarcar un mercado de más valor. Otra debilidad es la precisión de los equipos de mecanizado y la falta de sistemas de metrología.
El promedio de vida de la maquinaria con que cuentan es de 7 años, que no es obsoleta, pero requiere actualizarse. Y en general les hace falta adoptar la manufactura aditiva y tecnologías de la Industria 4.0 si se busca integrarlas a las cadenas automotriz, aeroespacial, médica o cualquier otra de alta tecnología.
OPORTUNIDADES
Para los especialistas, México tiene potencial para desarrollar una industria fuerte de herramentales y sustituir las importaciones. Las nuevas reglas de origen del T-MEC, y la relocalización de operaciones de Asia a Norteamérica pueden ser factores que impulsen a este sector.
Si Canadá, China, Portugal o Brasil tardaron de 15 a 20 años en desarrollar el nivel de expertise que hoy poseen en herramentales, México también podría hacerlo.
“Somos un sector tecnificado, un sector de alta ingeniería, tenemos la esencia y estamos tratando de desarrollar los volumenes, aplicaciones y complejidades”, reitera Eduardo Medrano.
Con las capacidades actuales, los talleres locales están desarrollando moldes de nivel 3 y 4, y se busca consolidar esa capacidad para en un futuro llegar a niveles 6 o 7, moldes de gran complejidad.
El estudio del Tecnológico de Monterrey destaca como fortalezas del sector, que el 95% de los talleres cuenta con sistemas de digitalización para diseño, 88% para manufactura y tienen capacidad para procesos de manufactura CNC. En cuanto a precisión más del 50% de los talleres alcanza ± 0.01 mm.
La especialización del talento, y establecer planes de estudio afines, es la prioridad, pero además se requieren procesos de certificación, trabajar en procesos de manufactura esbelta, especialización de los talleres, y modernización del equipo tecnológico, de acuerdo con el mapa de ruta.
“El sueño es llegar en 2035 a estar entre los 10 mejores países en herramentales, pero que prioritariamente estemos trabajando para lograr sustituir las importaciones del mercado mexicano”, explicó Elisa Vázquez, profesora investigadora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey en la presentación del estudio.
ACCIONES
En sus conclusiones el Tec de Monterrey recomienda establecer la vinculación triple hélice: academia, industria y gobierno, para ejecutar proyectos como la creación de clústeres, mejorar la cadena de suministro para herramentales, fomentar la adopción de tecnologías de Industria 4.0, y aprovechar los centros de investigación pública que existen en el país para hacer transferencia tecnológica.
En particular, se habla de difundir lo que las empresas mexicanas de herramentales pueden hacer, porque actualmente el mercado desconfía de si serán capaces de alcanzar la calidad, precisión y tiempos de entrega que exigen.
Desde la creación de la AMMMT en 2015, se están realizando esfuerzos en principio para desarrollar técnicos e ingenieros en herramentales, porque se necesita talento para operar las nuevas tecnologías.
Se calcula que hay un déficit de 1,500 técnicos al año. Instituciones educativas como el Conalep, la Uteq y el el Instituto Queretano de Herramentales (IQH) ahora cuentan con programas de capacitación. Incluso, a través del Consejo Nacional de Noramlización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer) se han gestionado certificaciones de habilidades para la industria de herramentales.
Pero en conjunto están capacitando alrededor de 300 personas al año. Para reducir la brecha, un proyecto que comenzó en mayo pasado involucra a Ford Motor Company, la AMMMT, el Clúster de Herramentales, el IQH y la AMT, entre otros, con el fin de desarrollar las capacidades que hacen falta.
Con este proyecto, donde también participa la International Special Tooling and Machining Association (ISTMA), de la que México es parte, se buscará la creación de una Escuela Nacional de Herramentales.
La ISTMA cuenta con los programas, el currículum desarrollado y el material, lo que se necesita es enviar a un grupo de entrenadores mexicanos a capacitarse para que ellos a su vez capaciten a los nuevos técnicos en México.
“Si nuestra industria tomara un hito, será cuando tengamos implantado este sistema, porque las tecnologías están disponibles en el país, lo que falta a veces para el empresario es tener el personal capacitado para sacarle provecho a esas tecnologías”, comenta Eduardo Medrano.
Pero el objetivo va más allá, pues al final de lo que se trata es de crear condiciones para la sustitución de importaciones.
“En el proyecto con Ford, que se llama Design Thinking, estamos buscando que al menos consigamos el 15% de la manufactura de moldes en México al año 2022 y que para el 2030 tengamos alrededor de 30% de manufactura en el país”, comenta Miguel Aguirre, director del IQH.
El directivo también informa que el Instituto está trabajando con General Motors en el diseño de un programa de desarrollo de proveedores enfocado en certificar a los talleres.
Por su parte la AMT, está diseñando un mapa de ruta tecnológica para conocer a detalle la tecnología con la que cuenta cada empresa. Al final, no todos los talleres van a requerir el mismo nivel de precisión, sino que se buscará crear consorcios en los que se complementen las capacidades de uno y otro taller para entregar proyectos conjuntos de alta calidad.
Junto con Ford y otros organismos coadyuvantes —según explica Carlos Mortera— se creó un catálogo de grados de complejidad, volúmenes y requerimientos. El siguiente paso es enfocar los esfuerzos en los talleres que alcanzan un grado de complejidad intermedio para determinar qué les hace falta y la inversión que necesitan para ser más eficientes y cumplir con las necesidades de los clientes.
“Alrededor de 250 empresas hemos mapeado el año pasado en el país, hablamos de talleres de primer nivel que tienen características como para poder reparar un molde en buenas condiciones, y que tienen características como para poder fabricar”, asegura Miguel Aguirre, del IQH, para quien la meta de captar 30% del mercado es alcanzable.
Lo cierto es que con empresas tractoras del tamaño de Ford y GM, la consolidación de una industria de manufactura de herramentales en México avanzará más rápido, porque la oportunidad es muy grande.
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